La heurística biológica como herramienta de investigación para el análisis de la economíauna aproximación desde la biología molecular y la teoría evolutiva al estudio de la función empresarial, la ventaja comparativa y el proceso de producción e intercambio económico
- GARCÍA GARCÍA, ELADIO MANUEL
- Jerónimo Molina Cano Director/a
Universidad de defensa: Universidad Rey Juan Carlos
Fecha de defensa: 22 de diciembre de 2021
- León Gómez Rivas Presidente/a
- Philipp Bagus Secretario/a
- José Antonio Peña Ramos Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
En este trabajo se aborda el estudio de la economía desde el punto de vista de sus fundamentos básicos, tratando algunos aspectos de especial importancia, con independencia del contexto social, y con la intención clara de establecer un armazón interdisciplinar suficientemente fuerte, que utilice la analogía biológica y la metodología científica como principales herramientas de investigación, para tratar los asuntos sociales. Concretamente, se valoran diez predicados teóricos, de los cuales los dos principales son la función empresarial (perteneciente al ámbito de la microeconomía) y la ley de la ventaja comparativa (relacionada en mayor medida con la teoría macroeconómica). En todos los casos se trata de vincular cada una de esas teorías sociales con sus equivalentes biológicos. Así, la función empresarial y la ventaja comparativa quedarían relacionadas, respectivamente, con la función enzimática y la teoría del simpatrismo, ambas pertenecientes en este caso al ámbito más extenso de las ciencias naturales. Posteriormente se comparan también las otras ocho teorías, hasta completar los aspectos más importantes que determinan todo el proceso de producción. Concebimos la producción de bienes como un conjunto genérico de transformaciones autorregulables (homeostáticas), biológicas y económicas, y, en consecuencia, utilizamos ese marco general para establecer todas nuestras analogías y relaciones. Dividimos el proceso en cinco elementos o agentes básicos: el empresario, el capitalista, el consumidor, los mediadores (políticos y banqueros) y los otros productores, y procedemos a analizar cada uno de ellos, primero desde el punto de vista de la biología, y luego desde un punto de vista social (el que nos ofrece la economía). Para ello, utilizamos las leyes de la eficiencia dinámica, la división del trabajo, o la soberanía del consumidor (entre otras) como principales constructos económicos, e intentamos demostrar el fuerte arraigo que estas teorías tienen en los modelos biológicos y los herrajes metodológicos más básicos, con el objetivo último de entender la importancia que todas ellas adquieren en el contexto de una sociedad moderna, para impulsar la generación de bienes económicos, y para promover la creatividad empresarial, la especialización laboral y la expansión del conocimiento. La tesis que se defiende aquí queda suficientemente legitimada gracias a todos aquellos antecedentes históricos y al estado actual que ostenta uno de los principales constructos teóricos del siglo XX: la teoría general de sistemas. Creemos por tanto que ya ha llegado el momento de aplicar dicha teoría al objeto de comprender también las principales cuestiones económicas que afectan al hombre, esto es, sus relaciones de intercambio, sus modos de producción, o su sistema político. De este debate deberán surgir las claves que permitan explicar la prosperidad y la capacidad de innovación de una sociedad moderna en permanente cambio. Corresponde por tanto a este trabajo restringir el uso de la teoría general de sistemas a aquellas áreas de investigación que aspiren a cimentar la economía en algunos principios más esenciales, relativos a la biología. Para ello, es preciso que acudamos al encuentro de una nueva disciplina científica: la sociobiología. Por suerte, también constatamos aquí un importante desarrollo en los últimos años, crecimiento que ha permitido a la sociobiología elevarse a la categoría de ciencia académica en solo unas décadas. Dentro de la sociobiología podemos distinguir a su vez varias áreas diferentes. Pero quizás, la más importante de todas sea la que se conoce como bioeconomía. Veamos más en detalle cómo se define y cómo se articula esta nueva rama del conocimiento. El objetivo principal de la sociobiología es el estudio de la organización social. Y el fenómeno clave en toda organización social es la relación de interacción que establecen los distintos elementos que componen el sistema, sin la cual éste no podría existir. De igual modo, el principal motivo de estudio de la química es el enlace químico que mantiene unidas a las moléculas, sin el cual tampoco ésta ciencia tendría el menor sentido. En el caso de las sociedades humanas, ese enlace o relación fundamental queda constituido por el proceso de producción y el intercambio económico. Ese es el principal motivo de que la economía sea considerada por muchos como la reina indiscutible de las ciencias sociales (no en vano, su análisis aborda el fenómeno que determina la unión y agregación de todas las partes del sistema). Y también es el motivo que nos lleva a proponer aquí a la bioeconomía como su más digna representante, ya que gracias a ella podemos estudiar el proceso de la producción y el intercambio utilizando un enfoque todavía más fundamental, basado en la biología.