Implicaciones del café y el chocolate en el control de la presión arterial, los patrones circadianos de la presión arterial y el deterioro cognitivo en adultos mayores españoles

  1. Orozco Arbeláez, Edilberto
Dirigida por:
  1. Esther López García Codirector/a
  2. Fernando Rodríguez Artalejo Director/a

Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 14 de septiembre de 2017

Tribunal:
  1. José Ramón Banegas Banegas Presidente/a
  2. Pilar Guallar Castillón Secretario/a
  3. Fernando Villar Álvarez Vocal
  4. Mercedes Sánchez Martínez Vocal
  5. Francisco Javier Damián Moreno Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Antecedentes Se sabe que el café es la bebida más frecuentemente consumida en el mundo. También se sabe que la presión arterial (PA) es la ‘puerta de entrada’ al control del riesgo cardiovascular, dada su gran prevalencia y su enorme impacto sobre el ictus, la enfermedad coronaria y la insuficiencia cardiaca. Es bien conocido que el consumo de café eleva de forma aguda la presión arterial y que, en población general sana, el consumo regular de café se asocia a menor riesgo de diabetes y enfermedad cardiovascular. Sin embargo, se desconocen los efectos del consumo habitual de café en los individuos hipertensos. Asimismo, el chocolate comparte con el café que contiene una elevada concentración de polifenoles en su composición y algunos estudios han sugerido que el consumo de este alimento se asocia a una disminución importante de la presión arterial en pacientes hipertensos. La mayoría de la investigación realizada sobre el efecto de la dieta en la presión arterial y riesgo de hipertensión han considerado únicamente mediciones puntuales, pero existen muchas evidencias de que una medición aislada de presión arterial es insuficiente para reflejar el valor real de presión arterial de un individuo y además, existen otros parámetros de interés como las variaciones circadianas de presión arterial, que es un predictor de riesgo cardiovascular, que sólo se pueden recoger con mediciones continuas durante 24 horas. Finalmente, estudios previos han encontrado que el consumo de flavonoides se asocia a menor riesgo de deterioro cognitivo. Sin embargo, el efecto del consumo habitual de chocolate sobre el estado cognitivo no está bien esclarecido. Métodos Hemos realizado un estudio transversal con los participantes de la cohorte ENRICA-Seniors, que en el año 2012 aceptaron que se les realizase una monitorización de la presión arterial ambulatoria (MAPA) y se les midiera su consumo habitual de café y chocolate. Además, se les realizó un examen físico en el que se midió su estado cognitivo, utilizando el test Mini-Mental State Examination (MMSE) para España. SE definió que un participante tenía hipertensión cuando la presión arterial (PA) medida fue ≥130/80 mm Hg o reportaban seguir un tratamiento antihipertensivo. Se definió un patrón circadiano de la presión arterial dipper cuando la disminución de la presión arterial durante la noche fue ≥10%, utilizando la fórmula: [(PAdiurna – PA nocturna) /PA diurna] x 100. Se definió deterioro cognitivo leve (DCL) con los siguientes puntos de corte: ≤25, ≤24 y ≤23. Los análisis se realizaron con modelos de regresión lineal y logística ajustados por los principales factores confusores, incluyendo dieta y número de fármacos antihipertensivos. Resultados Del Objetivo 1. Entre los 715 participantes hipertensos, aquellos con un consumo de 3 o más tazas de café/día presentaron una PA sistólica de 24h más elevada que los no consumidores de café (beta: 3.25 mm Hg, p= 0.04). La PA diastólica de 24h también fue más elevada en los consumidores de café (beta: 2.24 mm Hg, p= 0.02). En comparación con los no consumidores de café, el odds ratio (OR) de presentar PA no controlada fue de 1.95 (intervalo de confianza 95%: 1.15-3.30) para un consumo de 1 taza/d, 1.41 (0.75-2.68) para 2 tazas/d y 2.55 (1.28-5.09) para ≥3 tazas/d. Del Objetivo 2. El OR de tener la presión controlada en los participantes que consumieron ≥10 g/d de chocolate fue de 0.85 (0.54-1.33), en comparación con los participantes que no consumieron este alimento. Además, el consumo de chocolate tampoco se asoció a mayor probabilidad de tener un patrón dipper de presión arterial: 1.11 (0.73-1.69). Del Objetivo 3. En comparación con el grupo de personas que no reportaron consumir chocolate, aquellos con un consumo habitual de ≥10 g/d obtuvieron una mayor puntuación en el MMSE (coeficiente beta e intervalo de confianza al 95% del modelo ajustado: 0.26 (0.02-0.50); p de tendencia lineal= 0.05). El consumo de chocolate total no se asoció con DCL leve en ninguna de las definiciones propuestas; sin embargo, el consumo de chocolate negro se asoció con menor probabilidad de DCL (ORs e IC95% para MMSE ≤25: 0.39 (0.20-0.77); para MMSE ≤ 24: 0.26 (0.10-0.67); y para MMSE ≤ 23: 0.25 (0.07-0.82). Conclusiones Del Objetivo 1: El consumo habitual de café se asoció a mayor probabilidad de PA no controlada en las personas mayores con hipertensión. Nuestros resultados sugieren que es prudente preguntar a los pacientes con hipertensión acerca de su consumo habitual de café, y recomendar un consumo más reducido, especialmente a aquellos con la presión arterial no controlada, como estrategia para mejorar el control de la PA en las personas mayores. Del Objetivo 2: El consumo habitual de chocolate no se asoció a mejores niveles de control de la PA ni mejoras en el patrón circadiano de la PA. Nuestros resultados no apoyan un efecto beneficioso de este alimento en la PA en las personas mayores con hipertensión. Del Objetivo 3: Nuestros resultados sugieren que puede existir una asociación entre consumo de chocolate y mejor función cognitiva en personas mayores. Se necesita más investigación para entender el potencial efecto beneficioso de este alimento en el estado cognitivo.