Riesgo de trastornos de la conducta alimentaria, composición corporal y gasto energético en chicas adolescentes de la Comunidad de Madrid

  1. ARRIBAS CORDERO, Mª TERESA
Dirigida por:
  1. J.L. Pacheco del Cerro Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 18 de enero de 2016

Tribunal:
  1. Antonio Luis Villarino Marin Presidente/a
  2. Ana Vos Arenillas Secretario/a
  3. Gracia Maria Gonzalez Romero Vocal
  4. Rosa Conty Serrano Vocal
  5. Sergio González Cervantes Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

Nombre y apellidos: Mª Teresa Arribas Cordero DNI: 02913363E Palabras clave: Trastornos de la conducta alimentaria, gasto energético, antropometría, imagen corporal. Resumen de la tesis doctoral: El objetivo fundamental de este trabajo es establecer la relación entre el riesgo de padecer trastornos de la conducta alimentaria y la morfología corporal, actividad física, gasto energético, imagen corporal y alimentación, en chicas adolescentes de la Comunidad de Madrid. Para ello se determinaron las medidas antropométricas de las chicas de la muestra, se analizó el somatotipo y se estimó su composición corporal. También se determinó el gasto energético mediante acelerometría y se evaluó su nivel de actividad física con el test PAQ-A. La percepción de la imagen corporal se evaluó a través del test desarrollado por Devendra Singh en 1993 y se estimó la prevalencia del riesgo de padecer trastornos de la conducta alimentaria mediante el test EAT-40. A su vez, se identificó la frecuencia del consumo de alimentos mediante un cuestionario de elaboración propia. Por último, se analizó la relación entre las variables y el riesgo de padecer TCA. La población objeto del estudio está formada por chicas de la Comunidad de Madrid de edades comprendidas entre los 13 y los 19 años, que cursen estudios de 3º y 4º de la E.S.O. y 1º y 2º de Bachiller. La muestra está constituida por 243 alumnas de cuatro centros diferentes, dos públicos y dos concertados de Madrid. El análisis estadístico se realizó con el software R. En el análisis descriptivo se calculó la media y la desviación típica de las variables por grupos de edad y global. La comparación de grupos se realizó mediante la prueba de la t de Student para datos apareados e independientes según casos. También se realizó el análisis de la varianza ANOVA de una vía para más de dos grupos cuando se compararon distintas edades, así como el test de Kruskal-Wallis para otras variables. La asociación entre variables se evaluó mediante el coeficiente de correlación de Pearson. Para analizar el test de alimentación se utilizó un análisis factorial de componentes principales con rotación Varimax sobre las encuestas recogidas. La clasificación de la muestra por categorías de peso basadas en el IMC, presenta valores diferentes según el criterio utilizado. En este trabajo se han utilizado referencias internacionales con datos de Cole et al. y con datos de las OMS, y referencias nacionales con datos de la Fundación Orbegozo. Las principales conclusiones de este trabajo son que existen relaciones entre el riesgo de presentar trastornos de la conducta alimentaria y variables antropométricas. Las chicas que presentan riesgo tienen mayor IMC y porcentaje de grasa corporal. El riesgo de TCA no tiene relación con la edad, el ICC y el gasto energético. La prevalencia de TCA es del 8% con punto de corte de 30 y aumenta al 26% cuando el punto de corte disminuye a 20. La utilización de un punto de corte menor permite clasificar mejor la muestra y obtener relaciones con el resto de las variables. Respecto a la actividad física, se confirma que disminuye con la edad. En el análisis del test de imagen, la chicas con imagen autorreferida de sobrepeso presentan mayor riesgo, mayor porcentaje de grasa corporal y mayor gasto energético. Los componentes endomorfo y mesomorfo del somatotipo aumentan al aumentar la imagen autorreferida mientras que el componente ectomorfo disminuye. También las chicas con mayor peso tienen mayor gasto energético. Al analizar el test de frecuencia alimentaria se han encontrado mediante el análisis de componentes principales cinco patrones de alimentación. El más consumido es el patrón de dulces, bollería y refrescos, el segundo lácteos y el tercero el patrón saludable. Sin embargo, no se ha encontrado relación entre el test y el resto de las variables.